Publicado originalmente el 7 de OCTOBER de 2013
DOS DE OCTUBRE; 45 AÑOS DESPUÉS
POR
Pocos, MUY POCOS, QUEDAMOS VIVOS LOS QUE DE UNA FORMA U OTRA, PARTICIPAMOS COMO ACTORES HACE 45 AÑOS, EN LO QUE OCURRIÓ LA NOCHE DEL MIÉRCOLES 2 DE OCTUBRE DE 1968, en la Plaza de las Tres Culturas, ubicada en Tlaltelolco.
EXAGERACIONES APARTE, NO EXISTE UN REGISTRO PUNTUAL DE LO QUE ALLÍ OCURRIÓ.
Como en la guerra, depende de qué lado se estuvo, es la versión que cuentan: Pero existe una circunstancia irrebatible e incuestionable: EL PAÍS YA NO ES EL MISMO; NOSOTROS MISMOS YA NO SOMOS LOS MISMOS; LOS AÑOS NO HAN PASADO DE VALDE.
Y aquí respetados lectores de este espacio, permítanme que recuerde con RESPETO Y ADMIRACIÓN a quién, desde que se iniciaron las protestas estudiantiles el martes 23 de julio de 1968, me acompañó todos los días desde ese momento inicial, hasta la tarde-noche del miércoles 2 de octubre.
Me refiero a don Manuel Rojas Aguirre (+), fotógrafo de EL UNIVERSAL. El autor de estas líneas era Redactor de “El Gran Diario de México”. Con MANUEL por ejemplo, en las primeras horas del LUNES 29 de julio, FUIMOS LOS ÚNICOS REPORTEROS QUE CUBRIMOS EL BASUKAZO QUE DERRIBÓ LA PUERTA DE LA Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM.
En la 1ª. Plana de El Universal del martes 30, está la fotografía de Manuel en la que aparecen el cabo que disparó, y el soldado que sostuvo sobre su hombro derecho la bazuka. La crónica del acontecimiento que cimbró al país, está firmada por un servidor.
El ejemplar puede ser consultado en las Hemerotecas –desde luego en la de la UNAM- de las más prestigiadas casas de estudios del país y en la Biblioteca y en la Hemeroteca del Capitolio que domina la ciudad de Washington.
De regreso al siglo XXI, quienes participan en las marchas con las que se pretende rememorar la “Noche de Tlaltelolco”, lo hacen para violentar, destruir, lastimar e incluso tratar de ASESINAR a las personas que lamentablemente se crucen en su camino.
No tienen la menor idea de “los porqués” caminan gritando “NO SE OLVIDA”; ni para que lo hacen. LO ÚNICO QUE LES INTERESA, es seguir cobrando las jugosas sumas de dinero que les paga “ESE QUE CREE QUE VINO AL MUNDO, PARA SALVAR A MÉXICO Y AL PAÍS, de las mafias.
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