Por Rodrigo Llop.
Hace algún tiempo, mucho tiempo, fui a comer a casa de la Familia Ramos. Saliendo de la escuela hicimos una larga travesía a lo que hoy es Interlomas. Antes era un trayecto más largo que ahora. Nos sentamos tan solo unos instantes para ser mandados a lavar las manos. Luis y a Alfonso, evidentemente sabiendo donde estaba el baño de su propia casa, llegaron antes. Fui el último en lavarme las manos y buscando un atajo para el comedor, me metí en un gran despacho. Una espectacular biblioteca que me pareció era de tres pisos de altura, un gran globo terráqueo del tamaño de una pelota de playa, una sala negra elegantísima y un gran ventanal que veía al jardín. Bueno, así de colosal lo recuerdo. En el fondo, un gran escritorio de madera que me pareció una muralla y una silla de piel que solo imagine podría ser usada por un gigante… y si que lo era. En la pared, casi mil fotos blanco y negro, enmarcadas. Gente conocida y famosa aparecía siempre con un mismo señor: Ariel.
Muchas historias escuchábamos de Ariel mis amigos y yo. Proveniente de una de esas fotos, con Frank Sinatra, nos platicó como lo recibió en la escalinata que bajaba del avión a su llegada a México. Ariel se acercó, le hizo una pregunta y con una mano atenta hizo una seña de “permítame un segundo”. Tomó la parte superior de su pantalón y presionándolo con los dedos índice y gordo, recorrió su pantalón hasta la valenciana. Repitió con el otro lado dejando el finísimo traje perfectamente bien planchado. Entonces le dijo “adelante”. La entrevista comenzó. Era digno de ver las fotos de su despacho, ya mas grande, cuando tenías conciencia que aquellas personas que aparecían con Ariel, eran Sinatra, Reagan y muchas figuras internacionales mas. Fotos con todos los presidentes Mexicanos de su época, Ruiz Cortinez, Cárdenas, Díaz Ordaz, López Portillo, López Mateos, Echeverría, De La Madrid… La famosa foto de John Lennon y Mark David Chapman, en una época en la que las fotos eran originales u originales.
Increíble siempre fue escuchar a un pilar del periodismo en México hablar sobre la realidad de la política y la economía en México y el mundo. Estar enfrente de alguien que entrevistó a los principales presidentes de Latinoamérica, a alguien que estuvo en el movimiento del 68. Todo lo que vivió y nos contó en una carrera desde reportero hasta Subdirector General del Universal.
Y por si fuera poco, escucharlo hablar sobre los temas cotidianos de la vida, no era más que un placer. Siempre consejos importantes cuando uno va creciendo… esos consejos que te abren los ojos y exclamas en tono de “ya entendí” un profundo “¡ahhhhh!”. Más aún sabía de la vida que de política y esto no era poco. No me puedo unir a la pérdida de Ariel, porque prefiero unirme al gran placer de haberlo conocido y haber compartido con él ideas y pixeles de ideas4solutions. Con ojos vidriosos, lo recuerdo hoy que se fue.
QEPD Luis Ariel Ramos Alarcón y Guzmán. Junio 2014.
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