Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista
La llegada del TLC entre Colombia y EUA, representa para el país el inicio de un periodo de retos y oportunidades, que le exigen al Gobierno Nacional implementar acciones que le permitan a la Patria ser altamente innovadora, productividad y competitividad.
Fueron muchos años de espera desde el Gobierno de Bush y de Uribe; y finalmente, llega a la nación la movida más grande de la economía y de la comercialización de productos y servicios en el mercado binacional.
“Colombia es la más retada en este contexto: Primero, la infraestructura, el sistema vial y los medios de transportes, deben entrar en un proceso de renovación, mediante el cual el mercado cuente con una estructura solida y capaz de soportar la competitividad que se generará, la llegada de productos y servicios a bajo costo”, explicó Humberto Guarín, economista y experto en tratados de libre comercio. “Debe preocuparle al gobierno el futuro de los campesinos y de sectores que se vean afectados por la libre comercialización de productos y servicios”, agregó Guarín.
El Gobierno juega un papel significativo en este proceso, debe acompañar a cada sector de la economía en su proceso de evolución y facilitar la adaptación de los mismos a un contexto de libre comercio. Sin embargo, faltan muchos años aún, para determinar si realmente el tratado traerá mayores beneficios.
Durante años, el desarrollo productivo de Colombia ha reposado sobre tullidas bases que le han brindado la protección y los apoyos de las políticas públicas. Por ello es que la estructura productiva se caracteriza por ser básica y poco sofisticada, lo que se refleja en una cultura empresarial no exigente y competitiva, muy alejada de verdaderos procesos de innovación: “Para las compañías nacionales llegan retos muy fuertes: Ser capaces de competir con organizaciones gringas, ser capaces de innovar, generar productos y servicios amigables con el medio ambiente y que satisfagan a clientes cada vez más exigentes”, indicó Tomás Marín, economista.
La llegada del TLC con EUA es un ícono de la transformación y modernización de los sectores productivos de Colombia; la buena implementación de prácticas llevará a cuidar más el detalle, a tener procesos sincronizados, a satisfacer necesidades de clientes y usuarios, a incorporar metodologías de trabajo que usan compañías estadounidenses.
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