El debate en México: es un soliloquio impuesto por la ley, para satisfacer la quimera de una norma, a costa de la prostitución de la información para los ciudadanos. Ricardo Llamas Huber
Rumbo al trabajo, atento como todos los miércoles a la mesa de debate entre los coordinadores de campaña de los aspirantes a la Presidencia de la República, por el PRI-Verde Ecologista, PAN y PRD-PT y Movimiento Ciudadano, me di cuenta que algo fue diferente, dándole prioridad al candidato de Izquierda Andrés Manuel López Obrador para realizar una mención en contra, sobre la negación de Enrique Peña Nieto a debatir en el noticiero de Carmen Aristegui en Noticias MVS. Por principio atacando como todo candidato “retador” al mayoritario en preferencias, pero con una peculiaridadacompasada a su realidad 6 años atrás.
López Obrador dice que es importante explicar la estrategia que está implementando Enrique Peña Nieto, con su maniobra implementada en la no participación del candidato tricolor en ningún acto público para que no hable y que no diga nada, y la custodia de él para no dar a conocer lo que Enrique Peña Nieto representa.
La decisión de Enrique Peña Nieto de no asistir al Debate en el noticiero de Carmen Aristegui en Noticias MVS, para muchos, es comparada con la de AMLO en el 2006, donde la estrategia a seguir; es que el candidato mayor posicionado es necesario sacarlo de pantalla para ganar con facilidad la elección. ¿Por qué? …Fácilmente un candidato con mayores puntos, los adversarios sin proyecto bien establecido, se dedican a crear e implantar motivos fortuitos en tiempos de campaña, fundamentado a base de quimera política, para descalificar y ganar terreno para ser más competitivo en la elección. Ir a los debates que marca el IFE es obligación, asistir a otros o no, es simple estrategia señores, nunca capricho.
La decisión de AMLO en el 2006 de no asistir al Debate, mostró ausencia en estrategia y mal cálculo en las consecuencias políticas. La propuesta de Enrique Peña Nieto de no asistir al Debate del noticiero de Carmen: dejando clara la preocupación por otros temas, pero fundamentando la acción a la negación a debatir. La maniobra del tricolor es prematura por la coyuntura y asertiva por el golpeteo político de sus adversarios.
El debate político de escritorio se ha convertido en un costo perdido, la disminución innecesaria en tiempos, claudica con toda posibilidad participativa de cualquier aspirante, dejando sus propuestas, lejos de cualquier ventana a favor de los ciudadanos. Cesar en la participación del debate: formula las falsas esperanzas, y congratula la misma acción por años, sobajada por las diversas propuestas que todavía no son fuerza de un cambio verdadero.
El debate político no se gana ni en una mesa de confrontación, ni en el post debate; se gana realmente cuando los ciudadanos preguntan, y cuando los candidatos formulan compromisos reales, en pos del bienestar; hechos más que sólo el don de la palabra para ser un gobernante eficaz.
@RicardoLLamas
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