Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista
La insistencia de Rafael, Hugo y Evo de invitar a Cuba a la Cumbre de las Américas, no solo se presenta como una manera de agradecerle a los Castro, su patrocinio a la antidemocracia, las guerrillas, los asesinatos mitificados, el narcotráfico y el armamentismo, sino que es la unión entre tiranos que busca crear una fuerza insostenible en territorios democráticos.
Aunque la expulsión de Cuba de la OEA está ligada con los objetivos de EUA en plena Guerra Fría de combatir la exportación soviética del comunismo, no se puede invitar a Cuba a escenarios internacionales solo porque la Guerra se acabó hace más de 20 años, sobre todo cuando en la Isla/Cárcel de los Castro no existe democracia ni libertad.
Óscar Arias, ex presidente de Costa Rica, lo indicó a través de un discurso emitido en febrero de 2010 en la Cumbre de Cancún: “No se debe confundir el origen democrático de un régimen con el funcionamiento democrático del Estado. Hay en nuestra región gobiernos que se valen de los resultados electorales para justificar su deseo de restringir libertades individuales y perseguir a sus adversarios. Se valen de un mecanismo democrático para subvertir la democracia”.
Pero la justificación más apropiada del por qué de la rabieta de los tres tiranos sudamericanos, es que al legitimar a los maestros de la dictadura y sus acciones en territorios democráticos, se estarían “curando en salud” y avalando la serie de acciones que cometen para someter al vulgo.
El chantaje y violación a la soberanía colombiana por parte de Rafael Correa, presidente de Ecuador, patentada por la cobardía de Chávez y de Morales; llevaría a que al invitar a Cuba a escenarios democráticos, estarían mostrándole al mundo que sus acciones arbitrarias no son tan “malas”, y por el contrario, el área continental las aprueba, lo que los convertiría el malhechores con visa.
Es por eso que se avocan a crear organismos sin Estados Unidos, tales como el ALBA, UNASUR, CELAC, entre otros. Simplemente, porque los participantes prefieren callar antes de perder el subsidio de los petrodólares de Chávez y porque no existen líderes con carácter para reprochar el actuar de los tiranos.
Si Colombia vende su soberanía por mantener cálidas relaciones con los nuevos mejores amigos del Gobierno, entraría en lo que se denomina: COMPLICIDAD y COADICCIÓN.
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