El objetivo mismo de la guerra es la victoria, no una prolongada indecisión. En la guerra no hay sustituto para la victoria.
Douglas Mac Arthur
por Ricardo Llamas
El pasado domingo 5 de febrero se eligió el candidato que llevará la estafeta del Partido Acción Nacional. Para muchos, era lo más evidente y para otros, tenían la esperanza que ganara la imposición defacto.
¿Quién ganó con Josefina?, ¿El Presidente?, ¿Los Panistas? ¿Los ciudadanos?…. Si eres panista, ganó la democracia externa, simplemente porqué se movieron los hilos desde otros partidos políticos, los escenarios para que ganara Josefina. El fenómeno de mujer todavía no impera de manera decisiva en los electores, no sólo por las tablas, no se siente simpatía legítima, y su discurso de “Madre de..” –con tintes de polarización de género- no genera una empatía en perfil de la mujer mexicana, además la “presumida” convicción no es simplemente una propuesta viable para nuestro país; si bien se comportó mesurada, callada, sin desgastarse, y con algunos deslices como: la entrevista somnolienta o hablar no tan bien de sus contrincantes bordearon la contienda, equiparada a la Presidencia de Vicente Fox Quezada, “Sólo dejó pasar el tiempo”. Y si, eres priista, temo decirte que ganaste, si eres perredista, perdiste tu oportunidad; con la designación de Josefina, se perdió, al menos de primer momento, toda esperanza del gobierno de izquierda.
Sé que en momentos, es complicado entender cómo puede afectar tanto una decisión interna, y más cuando viene de exterior. Josefina sólo fue una congratulación a la estrategia. La democracia mexicana “azul” busca que una cuota de género sea la salida a los problemas y las oportunidades de nuestro país. Por ahora, no lo es, quizá si se hubiera esperado un sexenio más para fortalecer los puntos flacos del Partido Acción Nacional, no es que en nuestro país no estemos preparados para que una mujer lleve el rumbo de nuestro país, sino que en el interior del partido se están movilizando muchos intereses, desde impedimentos para contender, hasta designaciones directas de candidatos. Que es simplemente un partido sin proyecto social real. El PAN nació como oposición al sistema de más de 70 años, y se convirtió en un proyecto antagonista socialmente para los ciudadanos. Simplemente una quimera de un buen gobierno.
La victoria para el PAN se avizora muy lejanamente, tanto como partido, como con la candidata. El proyecto no tiene nada sobresaliente que un mexicano pueda sentir diferencia. ¿Por qué deberíamos creerle, después de que su partido gobernó dos sexenios?, Seguimos con una cultura polarizada en acciones, y sobresaliente en especulaciones. Parece que vivimos en un México de simulaciones y no de acciones, sobresalir en liderazgo es, simplemente modificar la estrategia y dar más antes de tiempo y dar nada en poder. Sencillamente, una falacia de un gobierno próspero.
Un buen gobierno no es el compromete más y promete más, un buen gobierno es el que escucha, analiza, consulta, mide riesgos, y sobre todo percibe necesidades; que al momento de implementarlas, no forman recelo y autoritarismo, algunas por venir de otros entes políticos y otras por engancharse la estafeta del propósito.
Antes de percibir viable una candidatura de una mujer, debemos de ver que hay detrás de… ¿cuál es su verdadero discurso?, ¿su verdadera motivación?, ¿cuál es la brecha entre el género y consumación de proyectos? Además de ser mujer………….. ¿Qué otra cualidad tiene?
@RicardoLlamas
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