Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista
China, el gigante asiático, se prepara para efectuar otra jugada trascendental en su proyecto de expansionismo político y económico. Ahora se dispone a ser un salvavidas para la debilitada económica europea, un acto que lo convertiría en el verdadero y único aliado político y comercial de la zona, y en el “jaque mate” para los estadounidenses.
Y es que los chinos, con el 60% de las reservas mundiales, invertirán en el continente vecino, no solo por su pasión caritativa por el prójimo, es la oportunidad perfecta para iniciar su campaña por la conquista del título de Primera Potencia Universal, y así mismo, socorrer al principal mercado de sus exportaciones, evitar que la crisis se haga global y paralice su alto ritmo de crecimiento.
Por su parte el Gobierno chino manifestó su prudencia y cautela en las inversiones: “Necesitamos esperar a que se aclaren ciertas cuestiones técnicas y llevar adelante estudios serios antes de tomar una decisión”, dijo Zhu Guangyao, viceministro de Finanzas y agregó que cualquier contribución futura deberá venir acompañada de fuertes garantías en cuanto a la seguridad de la inversión.
Sin embargo, el deseo de inversión está latente, y sucede por la evidente rentabilidad que puede obtener; y por las ansias de China de convertirse en el nuevo banco del mundo, después de tornarse en el mayor acreedor de los Estados Unidos y Asia, y en ese sentido puede facilitar la diversificación de sus reservas internacionales, haciendo que avance el yuan y se debilite el dólar como la principal divisa empleada en los intercambios comerciales transnacionales.
Otra ventaja adquirida en la intervención china en Europa, es la hegemonía política sobre la Eurozona. Y con ello, su consolidación como nuevos dueños del mundo.
Desde Europa lo preguntó en público el líder socialista francés, François Hollande: “¿Realmente nos creemos que China vendrá a salvar el euro sin llevarse nada a cambio?”.
Follow Us!