Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista
Según fuentes de la Casa de Nariño, el Tratado de Libre Comercio con EUA está a punto de ser firmado por el Congreso gringo. Sin embargo, está claro que los diferentes sectores de la economía nacional no están preparados para asumir tan violento choque comercial. Fueron años de espera perdidos, que pudieron ser optimizados para estar listos a la hora de la ratificación.
Después de culminadas las negociaciones del TLC con EUA, se establecieron una serie de tareas para que los sectores público y privado lograran ser competitivos frente a un imperio comercial. Pero cuando el TLC fue puesto en congelador por el congreso estadounidense, el gobierno colombiano envolató la agenda interna, y nadie volvió a preguntar en qué iba.
Tal cual se denota en los resultados alcanzados por aquellos estudiantes que dejan sus tareas para última hora, el país tendrá que oprimir el acelerador si no quiere recibir una hecatombe económica, y lo que para algunos era un salto a la evolución; finalmente se convierta en el dolor de cabeza de los pobladores.
Cabe anotar que si es aprobado por Washington, el TLC entraría en vigencia a finales de 2012, eso quiere decir que solo falta un año para que las regiones y los sectores asuman medidas drásticas.
En primera medida se requiere la modernización de la aduana: “Se debe instalar una supervisión de lujo en los puertos para que los contingentes negociados ya, de por sí altos, no se vayan a duplicar”, dijo Juan Camilo Restrepo, ministro de Agricultura; y es que aunque la aduana ha mejorado, es relevante prestar mayor cuidado a sus procedimientos y evitar la situación vivida en México con el NAFTA (TLC con EUA y Canadá), cuando no había preparación para certificar los contingentes del maíz ni para cobrar el arancel negociado, lo que afectó la producción de maíz amarillo y desató la “guerra de la tortilla”.
Por otra parte, el ICA y el INVIMA que son las dos entidades más importantes para reforzar los mecanismos sanitarios y de inocuidad (asegurar que los alimentos no van a causar daño); van a paso tortuga. Tienen que agilizar sus procesos, modernizar sus laboratorios y mejorar la capacidad administrativa y técnica.
En cuanto a innovación, productividad y evolución tecnológica; hay que realizar ajustes si se quiere un país competitivo en todos los sectores, especialmente en el agropecuario. Además, los críticos del TLC reniegan por estos acuerdos asegurando que Colombia no tiene una amplia oferta exportadora. ¡Y es verdad! Las ventas externas se concentran en unos pocos productos, más del sector minero energético que de manufacturas.
Finalmente, la infraestructura es una de las tareas más relevantes que debe ponerse en marcha, debe existir todo un esquema vial y medios de transporte sólidos, que soporten el libre comercio de bienes y servicios. El anhelo pronto se convertirá en realidad, pero ¿Está Colombia preparada para asumir el reto?
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