Steve Jobs: Un tributo a quien revolucionó la tecnología

Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social/Periodista

“Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto”, esa frase mencionada por Steve Jobs, durante su graduación de la Universidad de Stanford en 2005; hoy se convierte en el lema de su vida. Desde su nacimiento hasta la muerte, fue capaz de generar transformaciones en el mundo; y ser consciente que si el hombre entendiera que puede morir pronto, más rápido tomaría decisiones.

Hablar de Steve Jobs es pregonar al viento innovación, desarrollo y tecnología, fue capaz de sortear entre muchas cosas, un cáncer fatídico que acabó con la inspiración de un hombre que nació para revolucionar. Transformó lo conocido y lo puso en el mercado como nuevo… logró al final de sus días, que hasta sus mismos competidores lloraran su muerte.

Jobs perteneció a una nueva generación de revolucionarios que fueron capaces de redireccionar la forma de consumir contenidos, y puso una nueva definición de hombre –tecnología: Ahora se lleva bajo el brazo, se abre como un cuaderno y se accede a ella a través de un toque… ¿Quién no ha oído hablar de un iPad?

Su vida profesional estuvo mezclada entre la flexibilidad y creatividad de un diseñador hasta la rigidez y tenacidad de un ingeniero. Dio un gran salto hacia la evolución y permitió que los usuarios pasaran de la complejidad tecnológica a la simpleza del mundo.

Un genio que dejó huellas imborrables en la humanidad, renunció a sus estudios universitarios un semestre después de haberse matriculado, y eligió con lupa lo que realmente quería hacer.

Con esa misma herramienta: La intuición; desarrolló una de las marcas más significativas del mercado, convirtiéndola en un ícono, en un emblema, en algo que genera locura y se convierte en el referente perfecto de la industria.

En un pequeño garaje fundó a Apple, y desde entonces se esforzó para que su sueño volara hacia el éxito. En enero de 1983, Apple debutó con “el Lisa”, el primer computador comercial con una interfaz de usuario. Fue un desastre comercial. Al año siguiente, convencido de que la computación podría ser realmente personal, lanzó un “Macintosh”, y con esto dio un paso gigantesco hacia los más altos estándares, dando a entender que la tecnología involucra la manera de comunicarse, estudiar y trabajar.

Con empeño probó su temple, el de un hombre que tiene osadía y es capaz de asumir el riesgo con su autorregulación. “El tiempo es limitado, por eso no lo pierdas viviendo la vida de alguien más”, expresó con un acento inspirador; el mismo que hoy se apaga, pero que dejará eco en su marca y se convertirá en el constructor de nuevas realidades.