El proceso de administración pública gubernamental es sorprendentemente totalitario, la situación de nuestro país, surge como catalizador social entre los ciudadanos y el gobierno, éste adquirió un menoscabo en las instituciones gubernamentales, a priori y a posteriori de aquellas referentes al descontrol social que tenemos inclusión en nuestros días los ciudadanos.
En México desde el momento establecemos contacto ante una institución para realizar un trámite, pago, solicitud, requerimiento gubernamental, estamos pagando un costo burocrático, el cual sirve como lastre importante para poder fomentar una sociedad organizada e impulsar imperantemente una emergencia económica y moral a nuestro país. ¿Qué son las Instituciones? Simplemente organizaciones dotadas de investidura pública para organizar y administrar entre sí a un grupo de individuos. Más bien lo llamaría como la normatividad o derecho moral de un Estado, el cual es aplicado a todos los ciudadanos.
En razón concreta, vivimos en una época con una diversidad de instituciones en nuestro país, la cual sirve como respuesta del Gobierno a los menesteres de los ciudadanos, ellos buscan la salida más fácil, crear más leyes y por consiguiente, más instituciones para resolver los problemas, tanto sociales como económicos de todos.
Imaginemos que para realizar un trámite, pago, solicitud, requerimiento, el proceso fuera rápido, expedito, sin oler la corrupción, prebenda o algún tipo de beneficio a un sector de la población, sería una modernización total al sistema de las instituciones. Lo que está plasmado en las leyes siempre es “muy fácil y bonito” ver como estén establecidos los lineamientos para llevar un control de la sociedad, pero y ¿los detalles?, ¿la aplicación? Es allí donde radica el problema. Siempre y cuando sea en beneficio de la clase minoritaria, es donde predomina este modelo, y los demás, la clase media y baja, son los que soportamos al país, es donde nos lastran, donde somos trastocados por el sistema. Imaginemos que al cumplir con una de las causas antes mencionadas, pudiéramos hacer las gestiones en tiendas oficiales de servicios, al igual que los pagos. Sería transitoriamente, una fomentación a una cultura para erradicar la corrupción, y así a la persona que pretenda darle una dádiva por hacer su trabajo, no lo hará por la facilidad para realizar dicho trámite institucional, es una salida puntual para erradicar la corrupción en nuestro país.
Una nueva forma de gobernar siempre es mal vista. Hasta cuando triunfa.
Ricardollamas.com
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