Por Rodrigo Llop.
Capítulo 4
En la calle 5 de Mayo circula un Mercedes Benz blanco del año. El conductor, es un tipo discreto, elegante y de buen gusto en un traje oscuro impecable sin una sola arruga, camisa blanca, y una corbata con un nudo perfecto. Qué diferencia con la contrastante forma de vestir del Senador, cuyas mancuernillas alumbraban la humilde cara de Paco. Lleva las dos manos sobre el volante lo que deja ver que no usa reloj. Se empieza ver la sombra de la barba que, por la hora, empieza a salir nuevamente. Sus párpados caídos y sus hombros hundidos reflejan cansancio, y no es para menos. Ya es la segunda vez en la jornada que ve la noche y aún no termina el día. El tráfico a esa hora es complicado en la zona del centro de la Ciudad de México. Mueve la cabeza de lado a lado y el cuello le truena como nueces en Navidad. En el asiento contiguo hay una copia de El Informe Madelman en un círculo grande. El resto del periódico tiene varios pasajes subrayados y algunas anotaciones al costado. La noche cae pesada sobre la ciudad. Se acerca al parabrisas al tiempo que voltea hacia arriba percatándose de algunas gotas que anuncian la fuerte lluvia que caerá. “Lo que me faltaba” se comenta a si mismo apretando los dientes. “Al menos una hora más.” Prende los limpiadores y le sube el volumen al radio para continuar escuchando el noticiero de la noche.
Follow Us!