Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista
Londres en llamas, Grecia por el suelo, Europa en crisis, los escollos de un tsunami en Japón y las dificultades financieras en Estados Unidos; llevan a que Colombia busque en sus vecinos oportunidades comerciales, sin dejarse contagiar por las malas prácticas de sus futuros socios comerciales. Ha llegado la hora que el país analice la posibilidad de incluir nuevos tratados de libre comercio con la región y economías emergentes.
A partir del 15 de agosto, entró en vigencia el TLC con Canadá, una oportunidad de oro entre las dos naciones, sobre todo cuando en 2010, del total de las exportaciones colombianas solo 1,3% tuvo como destino Canadá en contraste con 43% que llegó a EUA. Y mientras Colombia exportó al mundo USD$905 por habitante, Canadá importó del mundo USD$11.810 por habitante. Sin embargo, las alteraciones económicas estadounidenses, pueden afectar a Canadá, cuyos ciclos de crecimiento económico están sincronizados con los de su vecino.
Para el país, las oportunidades de desarrollo y de establecer negocios están en los mercados emergentes y América Latina. “Las economías emergentes crecerían alrededor de 6% en 2011, en contraste con 2% en los países desarrollados. Paralelamente, en 2009, las economías emergentes y latinoamericanas representaron el 38% de la economía mundial y este dato va en ascenso”, explicó el economista Luis Gabriel Lopera.
Pero como en todo proceso, Colombia debe estar alerta en caer en acciones equivocadas de las economías emergentes y vecinas, y en no llegar a la interdependencia, politización de la economía y a crear alianzas estratégicas sacrificando otros sectores soberanos de la Patria. Por ejemplo, China es un mercado atractivo por su crecimiento acelerado; no obstante, su gobierno viola los derechos humanos de manera reiterada al coartar la libertar de expresión, censurar la prensa y restringir las libertades políticas, tal y como lo viene haciendo los hermano Castro en Cuba y otros próceres del mal llamado Socialismo del Siglo XXI.
Así mismo, aunque la Unidad Nacional sea un elemento indispensable para generar desarrollo, es importante tener conciencia del multipartidismo, del debate argumentado, de la democracia… no se puede perder la crítica constructiva y bien fundamentada de la oposición, así como la búsqueda de los derechos de las minorías y grupos vulnerables.
Colombia está frente a un reto significativo: Tomar liderazgo en las futuras alianzas estratégicas con la región, donde prevalezca la igualdad económica.
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