RICARDO LLAMAS
Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…. del miedo al cambio.
Octavio Paz
Empezando por los disturbios en 1937 entre los trabajadores y los empresarios de las petroleras extranjeras, culminando con su expropiación al siguiente año, el cual sirvió desde 1938 a la fecha como el incentivo más grande que tiene el poder público para satisfacer sus necesidades presupuestales. México se ha encontrado en un limbo estratégico, con una desinversión importante, donde Pemex está enfocado sólo para un Estado garantizador de la situación energética de los Estados Unidos, convirtiéndose en importador pagadero en dólares y vendedor al mercado nacional en pesos, absorbiendo todos los desfases cambiarios y macroeconómicos.
La postura de un país como el nuestro, formaliza la bonanza de recursos económicos con: una captación de impuestos peyorativa, falta de regulación, mala implementación y prebendas a ciertos actores de nuestro país, lo que nos vuelve un país trial sin escrúpulos organizativos; esto quiere decir que nos convertimos en Petróleo-dependientes. ¿Se han imaginado a un México importador de petróleo? ¡¡Qué sería de nosotros!! Ahora si nos preocuparíamos por la recaudación o ¿Dejaríamos al Secretario de Hacienda seguir haciendo campaña política para el 2012? o ¿Tomando a la ligera tan importante investidura? El problema es grave. Las posturas dialécticas entre las diferentes corrientes partidistas para la no intervención de la inversión privada, denota el ligero compromiso por fomentar la generación de más recursos para nuestro país. Hasta el mismo Juan José Suárez Coppel, Director de Pemex, aseguró recientemente que en el 2016 se alcanzaría nuevamente una producción de 3 millones de barriles por día.Teniendo de los años 2011 al 2016 sólo un incremento del 2 por ciento, pasando de 2,593 a 2,821 (MBD).
Sin duda México muestra signos de cansancio, un crecimiento visceral en 5 años en la producción de crudo, no deja nada bueno que decir, aunque existe una buena respiración en Pemex, implementada por el Gobierno Federal al adjudicar 3 contratos de producción y exploración de hidrocarburos en tierra mexicana a empresas privadas, con lo que pretende reactivar la producción en tres campos maduros en el sur del país. México está estigmatizado por los diferentes actores primordialmente de Izquierda, que manifiestan que sería una solución equivocada al adjudicar a la iniciativa privada, yo no lo llamaría así, lo que se necesita es la modernización como incentivo a la producción y formación de una estructura viable, esto representa un camino hacia la revitalización de nuestra paraestatal.
Pemex necesita de un pacto urgente, comprometido e innovado. Los actores económicos, políticos, gubernamentales y sociales deben sumarse a la renovación, la modernización es la vía para desvanecer los tabúes, generando la inversión en un eje nodal para México. Una área clave es la tecnología, la política energética que ha adoptado nuestro país ha aniquilado completamente desde la raíz al desarrollo tecnológico, el cual ha creado sólo un corporativismo extranjero, y dejando a la mano mexicana con tan sólo 20% o menos, además para ello hay que generar cuadros jóvenes especializados en el manejo estratégico de la paraestatal.
A Pemex se le debe de tratar desde la lógica de su importancia y potencial, de forma y fondo, llegando a las entrañas de su funcionamiento a la potencialización de sus capitales; hoy es tiempo, quizá mañana, sea ¡demasiado tarde!
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