De las palmaditas de hipocresía a hechos más concretos

Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista Colombia

Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.219 kilómetros; tienen acuerdos comerciales que se han visto afectados por las crisis políticas entre Chávez y el ex presidente Uribe; y en la actualidad Venezuela ocupa el tercer lugar de destino de las exportaciones colombianas después de EUA y Ecuador.

El encuentro entre los presidentes Hugo Rafael Chávez Frías, de Venezuela y Juan Manuel Santos Calderón, de Colombia; marca el inicio de los hechos concretos entre dos naciones que se han dado palmaditas de hipocresía durante los últimos meses, para evidenciar actos contundentes en pro del comercio bilateral.

Y es que a pesar del acercamiento entre los dos Gobiernos, aún el empresariado colombiano espera resultados reales, el pago de la deuda total que debe Venezuela al país, que según cálculos a 2010, está entre 800 y 900 millones de dólares; y la reactivación del intercambio comercial.

“Los avances solo se ven en el ámbito político: Apretones de manos, abrazos, diálogos… relaciones basadas en diplomacias y elogios de un mandatario al otro; pero el bloqueo comercial aún existe, la deuda de Venezuela hacia Colombia mantiene índices elevados y aún no hay permisos para reactivar el mercado binacional”, explicó el economista Juan Esteban Dávila.

Lo más preocupante es que pronto se terminará la permanencia de Venezuela en la CAN (Comunidad Andina de Naciones); y por ende los productos colombianos no tendrán las preferencias arancelarias de las que gozan; sino que competirán con los productos de otros países en igualdad de condiciones. Lo difícil será que antes del 21 de abril, se consolide una propuesta que beneficie a ambos territorios; cuando se mantiene recelo en ceder condiciones.

“Se debe trabajar en un plan de contingencia, para evitar que se desplome el poco intercambio que aún queda. De pronto el camino más viable sea la prórroga temporal de las preferencias arancelarias, mientras avanzan los negociadores del tratado bilateral”, agregó Dávila.

Por una parte Chávez, aunque muestre acercamiento y afectos por Colombia, no le interesa generar lazos económicos; y los empresarios colombianos aún no sienten confianza por el hombre que en cualquier momento puede anteponer sus intereses personales a la de toda una nación.