Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista Colombia
Pareciera que el territorio más susceptible a la furia de la naturaleza y a la mano devastadora del hombre, no quisiera desaparecer del mapa. Por el contrario, alimenta su sed de progreso y lleva a que cada japonés, contribuya al desarrollo de la nación.
Calles fracturadas, idílicos sitios turísticos reducidos a escombros, un océano de barro y destrucción, miles de muertos, heridos, damnificados y desaparecidos, grandes incendios, y una emergencia nuclear por una fuga radiactiva; dejaron el terremoto y el tsunami más fuertes registrados en Japón. El sismo de 9 grados en la escala de Richter, se convierte en el cuarto más violento de la historia de la humanidad.
Parece que Japón está marcado por la destrucción: En 1945, en plena segunda guerra mundial, el Ejército estadounidense atacó Tokio, Osaka y otras ciudades con bombardeos estratégicos y dejó caer sobre Hiroshima y Nagasaki dos armas de muerte, dos bombas atómicas que los llevaron a perder la guerra y a dejar fuertes consecuencias sobre el futuro de sus nacionales.
De aquella fatídica experiencia, los japoneses salieron victoriosos, al punto de convertirse en la tercera economía más importante del mundo y entregarle al universo, sólidas empresas, tales como Nintendo, Toyota Motor, Canon, Honda, Sony, Nippon Steel, y Mitsubishi Estate, las mismas que hoy, tienen que parar su producción por los recortes de energía, y se enfrentan a una fuerte crisis económica suscitada por la pérdida de más de 34.600 millones de dólares.
Los nipones han tenido una sólida madurez, convirtiendo sus tierras en verdaderos palacios antisísmicos, con las mejores y más modernas alarmas contra tifones, y un sistema de detección de terremotos y tsunamis. Sin embargo, se demostró que la ira de las aguas y la naturaleza, no tiene muro de contención que la ataje.
Las autoridades locales no tienen un estimado claro de la cifra de muertos. El número confirmado de fallecidos es de 184, pero se habla de 80 mil desaparecidos. Una de las ciudades más afectadas es Sendai, donde las autoridades hallaron más de 200 cuerpos de personas que se ahogaron debido a enormes olas de 10 metros de altura, las cuales chocaron con la costa minutos después de ocurrido el terremoto.
Japón se prepara para la disminución de los niveles de agua dentro de la tierra, pero también para el aumento del drama de familias que perdieron todo. El mundo será testigo del nuevo renacer de la tierra del sol, ellos han sufrido las inclemencias de la naturaleza y el hombre, y aún así han dado signos excepcionales de cómo se debe asumir una catástrofe de esta magnitud.
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