Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista Colombia
Dicen que cuando un presidente termina su mandato, se convierte en una figura política con relevancia y en el líder innato e intocable de los partidos y las riendas democráticas de un país. Y ante la inseguridad democrática que vive Colombia en la actualidad, quién mejor para asesorar al gobierno que el experto en seguridad Andrés Pastrana Arango, jefe de Estado desde 1998 a 2002.
Cómo no atender a Pastrana en sus apreciaciones, cuando durante su gobierno el país vivió la mejor de las épocas de su historia; únicamente se tuvo que lidiar con las pecas milagrosas, en las que los buenos y abanderados guerrilleros, hacían retenes en las carreteras del país y secuestraban a miles de colombianos. Únicamente se tuvo que aguantar el flagelo a los pueblos, la destrucción, el asesinato premeditado, y las FARC gobernando el territorio por completo.
Por eso, ante las acusaciones del Jefe del Partido Conservador, Senador José Darío Salazar, de que Colombia está viviendo una inseguridad democrática, evidenciada en los robos callejeros, militares y policías emboscados, resurgimiento de combos y bandas criminales, el fortalecimiento del narcotráfico y las jugadas de las FARC para movilizarse a su antojo; simplemente sale el doctor honoris causa en Seguridad Social y Democrática, Andrés Pastrana Arango a advertir, descaradamente, que todo eso es legado del Presidente Álvaro Uribe Vélez.
Es que el mismo Bolívar y Santander deben estar revolcándose en su tumba: ¿Cómo aseverar que ante esta muestra de inhabilidad gerencial para mantener el proyecto de Seguridad Democrática, el culpable sea Uribe? ¿Será que la seguridad del país está regresando a lo que se vivió durante el gobierno del insigne maestro de confianza inversionista, Andrés Pastrana? Simplemente, no se puede tercerizar el Ministerio de Defensa Nacional, ni mucho menos estar de comité de seguridad en comité de seguridad.
Colombia necesita acciones contundentes, sin intermediaciones, aprovechando la fuerza policial y militar que tiene este país. Por ahora, el circo mediático que montó el experto mundial en seguridad: Doctor Pastrana, es una muestra de cinismo, evidencia que los ex presidentes tienen cara dura para opinar sobre situaciones que ellos mismos no supieron manejar. ¿Cómo se atreve Pastrana a pronunciarse sobre las acusaciones que hacía el Presidente del Partido Conservador sobre lo obsoleto que es el Ministro de Defensa, Rodrigo Rivera Salazar?
Ahora nos tocará recordarle a Pastrana lo que fue realmente su legado: Durante 1998 a 2002, la inseguridad se apoderó del pueblo, media nación fue entregada sin escrúpulos a las FARC, bajo el nombre “Zona de Despeje”; durante cuatro años los guerrilleros se tomaron el sur de Colombia e hicieron del pueblo una mazamorra humana. Durante el gobierno de Pastrana, se inició las famosas pescas milagrosas, se secuestraron miles y miles de militares, se privaron de la libertad a líderes comunitarios, senadores, congresistas y candidatos presidenciales.
Durante el gobierno de Pastrana, diariamente los noticieros emitían informes sobre masacres en pueblos, destrucción, hambruna, desolación. Las FARC aprovecharon ese mandato para fortalecerse militarmente, proveerse de material bélico y cometer cualquier tipo de atrocidades contra un pueblo indefenso, que careció de un líder nacional experto en Defensa.
Durante el gobierno de Pastrana, se inició el desplazamiento forzado del campesinado hacia las cabeceras municipales, millones de colombianos que habitaban zonas rurales tuvieron que abandonar sus tierras por una violencia absurda que no los dejaba ni respirar ni mucho menos dormir tranquilos.
Durante el gobierno de Pastrana, las FARC se pavoneaba en escenarios nacionales e internacionales y estuvieron a punto de llevarse el titulo de grupo revolucionario legal, estuvieron a punto de obtener la amnistía internacional para luego ser catalogados como partido político. Fue durante ese mismo gobierno que los colombianos empezaron a solicitar asilo al vecindario y se presentó una oleada de movilización hacia otros países.
Durante el gobierno de Pastrana, se cayó la inversión extranjera y con ello llegó la peor de las crisis económicas, estuvimos en una quiebra nacional que ningún empresario podía sostener. El desempleo estuvo en índices elevados, la delincuencia social aumentó y no hubo un segundo de tranquilidad para los pobladores. ¿Quién viajaba con tranquilidad por tierra y por aire? Si hasta en los mismos aviones se presentaban secuestros masivos. La inseguridad se elevó tanto que nadie quería salir de sus viviendas por temor a una poderosa guerrilla que Pastrana fortaleció.
Ahora, ¿Cuál es la autoridad moral, política, social e histórica del ex mandatario Andrés Pastrana Arango? ¿Cómo se atreve a asegurar que lo que se empieza a vivir hoy en las ciudades, es herencia de una mala administración de Álvaro Uribe y que con Juan Manuel Santos, las cosas van mejor? Antes debería agradecerle todas las enmendaduras que le puso Uribe a los errores de su mandato, cuando Álvaro lo sucedió en el gobierno, empezó a remediar y a poner a las FARC en su lugar.
Hasta Pastrana se contradice en sus apreciaciones, dije que Uribe dejó los problemas actuales, y que Santos está solucionando las problemáticas, pero no tiene en cuenta que al criticar a Uribe, también lo hace con Juan Manuel, pues fue éste el último Ministro de Defensa del gobierno anterior: El encargado de sostener la seguridad democrática.
Pero como está la situación, en los próximos días el pueblo colombiano se levantara con la noticia que el nuevo Ministro de Defensa Nacional es el experto Andrés Pastrana, extraordinario ejecutivo, que sin duda enderezaría el rumbo de la seguridad y le devolvería al pueblo, esa paz que tanto anhela.
Para fortuna de todos, en Colombia contamos con este maravilloso e inigualable ex presidente, que a pesar de estar retirado, ganándose una jugosa pensión vitalicia; muy merecida por cierto; sigue pronunciándose en seguridad, como todo un experto. Por eso ahora si estoy más tranquilo, a Santos le llegó el asesor que tanto necesitaba.
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