Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista Colombia
Colombia es el país del Divino Niño, del Ave María, de tener el mejor café de la región después de Brasil; de tener cantantes famosos como Shakira y Juanes; de haber obtenido una medalla en las Olimpiadas; del narcotráfico y la guerrilla; en fin… Colombia es una tierra de diversidad en fauna y flora, y hasta en los habitantes, pero sí parece cómico presentar ante el mundo la liberación del primer secuestrado vestido de traje de gala, llegando como el mejor político de plaza a pedir una negociación con los grupos subversivos.
Y es que no podía dejar de causar risa que el concejal de Garzón (Huila), Armando Acuña, regresara a la libertad con el mejor de los protocolos, como si fuera a asistir al coctel empresarial más importante del mundo, mucha elegancia y etiqueta manejó desde su arribo a las dulces miles de la libertad; él llegó de traje gris y corbata rosada.
¿Será que ser secuestrado en Colombia ya no es tan malo como se presume? ¿Será que la guerrilla incursionó en la industria textil y le ofrece a sus secuestrado ofertas especiales para que compren indumentaria al traerlos a la libertad? ¿Será que las grandes tiendas del mundo ya abrieron sucursales en la selva colombiana? Lo claro es que si queda una explícita duda: ¿De dónde sacó semejante ropaje el recién liberado?
La respuesta más clara en este momento, es que las FARC tratan tan bien a sus secuestrados y buscan tanto su bienestar, que al liberarlos los quieren enviar con el mejor de los protocolos, como si se fueran a graduar del cautiverio. Sabíamos que ellos estudiaban inglés, que aprovechaban su encierro para aprender de botánica, zoología, enfermería… pero de ahí a que la guerrilla los quiera traer con títulos honoris causa.
Asombrados quedaron los medios de comunicación, cuando se bajó el político ex secuestrado, pavoneándose como en plaza pública, vociferando libertad para todos los secuestrados y armando el mejor show mediático, que si lo dejamos a critica de expertos en moda, seguro revelaran que la corbata no conjugaba con el traje, pero que si era el espectáculo más insólito creado alrededor de un cautivo.
¿Será que en Colombia el flagelo del secuestro ya se volvió tan típico, que nos asombramos más de la ruptura de Shakira con su “Superman… tenido” (Antonio de la Rúa), que saber que liberaran a un secuestrado? O ¿Se permite que al regresar a la libertad lo disfracen de sastre y lo manden a gritar como loco en pleno aeropuerto?
“Compartimos el dolor de las familias por las acciones de una guerrilla infundada, que ya no tiene brújula ideológica; pero también criticamos que el dolor de un hogar se desvirtué por el show mediático que se arma en torno a esto; lo criticó el Presidente Santos. Con el estado en que los mandan, la ropa que les ponen y las condiciones en las que llegan, las FARC están es promocionando un portafolio de secuestros, porque parece que es mejor estar en la selva cautivo que vivir la “flagelada” forma de vida cotidiana”, expresó Natalia Tamayo, analista de Asuntos Políticos.
¿Hay una voluntad de paz en medio de la tormenta? ¿La guerrilla está preparada para un proceso de negociación o simplemente, con las liberaciones buscan oxigenarse del acorralamiento del Ejército, trasladar tropas y reformar sus condiciones de vida? Ya los secuestrados, el Gobierno Nacional y el pueblo colombiano, se volvieron los peones de la guerrilla… los mueven a su antojo y hasta cambian las coordenadas del sitio de liberación, para efectuar estratégicas movidas.
Es obvio que todos abogan por una salida diplomática al conflicto que lleva más de 60 años; pero como lo decía el Presidente Uribe: “Sin palmaditas de hipocresía, sin revuelos mediáticos, sin farandulear”, no se puede convertir este flagelo de la humanidad en la oportunidad perfecta para acrecentar su estatus político, tal y como lo realiza la “pantallera” de Piedad Córdoba, que se muestra como la justiciera, la única capaz de lograr que sean liberados.
Es inaceptable que Córdoba se pare frente las cámaras y asegure que si la dejan, dará una sorpresa en marzo. ¿Desde cuándo la paz de Colombia se convirtió en un asunto de sorpresas? ¿Desde cuándo la paz de Colombia se convirtió en un asunto de dejar o no dejar? Si ella que es la precursora política de las FARC tiene el poder de liberar a los secuestrado, que lo haga sin condiciones, sin pedir que sea reintegrada al Senado, porque está claro que el conflicto del país no es un circo, ni es un galletica de sorpresas donde sale el mensaje de superación personal.
Para el gobierno las puertas de la negociación no están cerradas, pero debe haber exigencias fuertes, sin entregas a cuentagotas. Para sentarse a debatir sobre el futuro, las FARC deben dejar el terrorismo, el secuestro, la barbarie… deben incursionar en mejores estilos de accionar en el país. No se puede retroceder ni un segundo, no se puede volver a 1998 cuando ese grupo armado tenía medio país en su mando.
Y como evidencia de la falta de seriedad de los ilegales, al arribar el domingo al lugar pactado, la comisión humanitaria quedó plantada, no llegaron. Los secuestrados no estaban en Tolima sino en Cauca. Se asegura que entregaron coordinadas falsas para distraer la atención del Ejército y el Gobierno, y desplazar a Alfonso Cano hacia otros lugares, aprovechando el cese de operaciones militares en la región.
De pronto esa era la sorpresita que tenía preparada Piedad Córdoba “Alías Teodora de Bolívar”, sumándose a la sociedad del espectáculo que han mostrado siempre la guerrilla: Pastrana quedó plantado en el Caguán en 1998, llegan secuestrados de corbata y vestido, la comisión humanitaria lleva vino para el brindis en medio de la selva, y todos se dejan meter el dedo a la boca sin objetar por seriedad frente a estos difíciles procesos de libertad.
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