Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista Colombia
Tradicionalmente se ha dicho que en medio de la tormenta, es que los humanos mejoran sus actos de vida y los potencializan para ser mejores día a día; por esta razón, quizás para Colombia, 2011 sea un año en el que deba aplicar todo lo aprendido y desarrollar estrategias que le permita ser una economía emergente. Para el Jefe de Estado inicia un año de oportunidades de empleo, de reconstruir un país que queda sumergido en el agua y demostrar su talante gerencial.
Después de la visita de La Niña, lo que parece ser una catástrofe, es la única y perfecta oportunidad para dar avances agigantados. La infraestructura de la nación debe ser reparada en su totalidad, pero aunque La Niña no hubiera llegado, si era necesario remodelar las instalaciones y el aspecto de esta casa. Sumado a lo anterior, el Gobierno debe sortear el futuro de más de 100 mil familias que han llegado hasta albergues porque sus viviendas están bajo el diluvio colombiano; así mismo, el Estado tenía una tarea pendiente con este tema, pues en Colombia hay más de 350 mil familias que moran en zonas de alto riesgo.
“Es increíble cómo se reafirma el dicho popular: “Una cosa piensa el burro y otra quien lo arrea”, en el caso colombiano ocurrió tal cual, la agenda presidencial del 7 de agosto era diferente a la que recibe Juan Manuel Santos este primer mes de 2011. La naturaleza se encargó de mostrarle las prioridades, de revelar que aunque en seguridad estamos muy bien, en aspectos sociales Colombia ha reprobado muchas veces. Y es hora de decir que si vamos a hacer el esfuerzo en el presupuesto, se haga completo, sin corrupción, sin politiquería, sin intervalos…”, explicó Juan Diego Ayala, analista Geopolítico.
Paralelamente a la urgencia de promover políticas de seguridad y apoyo en emergencias, Santos y su gabinete se enfrentan a temas álgidos como el nivel de desempleo, el crecimiento económico y de sostenibilidad, la calidad de vida de los habitantes, las elecciones populares de alcaldías y gobernaciones y evidenciar que Colombia es un país que como dice el mismo presidente: “Aunque muestre pobreza, es millonario en recursos naturales y eso debe potencializarse”.
Un año de arduo trabajo y de poca corrupción
La filosofía uribista de trabajar, trabajar y trabajar, se aplicará de forma excelente para el tiempo que llega, pues por una parte es seguro que como Haití, la hecatombe no termina cuando dejó de temblar, o en el caso de Colombia: Cuando La Niña decidió dejar de llorar sobre el territorio; el reto social para los próximos años es ejecutar una excelente planeación y un rediseño en las Corporaciones Autónomas Regionales y el Ministerio del Ambiente.
El amplio presupuesto que requiere la atención de desastres, de análisis en el uso del suelo, de asignación de licencias de construcción, reubicación de poblaciones y asentamientos y subsidios agrícolas, no puede ser utilizado para la corrupción, las dádivas o las comisiones. Colombia requiere atención en el sistema fluvial, en la reforestación del país y en la recuperación del sistema vial. Además, requiere un análisis profundo en las consecuencias que dejó el invierto en los diferentes sectores de la economía (Agrícola, transporte, turismo, entre otros).
Por otra parte, además de las políticas de seguridad democrática, la nación requiere acoger el ejemplo de Brasil, e impulsar la clase media en el territorio, sacar de la pobreza a millones de colombianos y generar empleos formales; esto se debe convertir en una política de Estado por el presente de las personas cabeza de familia desempleadas, por el futuro de miles de jóvenes que ingresan al mercado laboral para buscar una oportunidad de crecimiento. La reconstrucción de Colombia requerirá mano de obra y esta circunstancia debe revelar la inteligencia y astucia del Mandatario para permitir que se disminuya el desempleo.
Para este año llegan las elecciones populares de alcaldes y gobernadores, se espera que los inteligentes candidatos no usen la destrucción para hacer proselitismo político, generar falsas expectativas de un futuro mejor y engañar a los pueblos al hacer promesas de vivienda, empleo y reducción de pobreza. Finalmente, entre los temas sociales más importantes está la educación, este país requiere de docentes capacitados, estudiantado mejor preparado para el futuro y una incursión de nuevas tecnologías de la información para dictar clases.
Este será el año en el que Santos mostrará su calidad social, su don de gente, su tenacidad para afrontar los retos y convertirse en el presidente del pueblo y para el pueblo. Su dedicación debe ser equilibrada y no favorecer a los ricos por encima de los pobres. Santos está ante la oportunidad de su vida, porque lo cierto es que trabajo si tiene y para rato.
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