Por LUIS ARIEL RAMOS
Reportero
Porque no pasa aquí no y allá si?
Desde que nacimos como nación independiente, siempre hemos ido cuesta arriba y todo se complica.
No concretamos nada. Todo son proyectos que por una razón u otra, nunca cristalizaron.
Primero el efímero imperio que encabezó Agustín de Iturbide; después la propia constitución firmada el 5 de febrero de 1824, que copió básicamente de la que rige en los Estados Unidos.
Más adelante los largos años del predominio político que ejerció Antonio López de Santa Ana, propiciaron la pérdida de la mitad del territorio nacional y con ello el quebranto de la economía.
Con Benito Juárez, peleado con el Clero, surgió la guerra llamada de “Los Pasteles”, que trajo la invasión francesa, nuevamente en el poder don Benito, poco pudo hacer por la ausencia de dinero.
Con don Porfirio Díaz el país pudo crecer, con la frase de mucha economía y poca política, hasta que llegó Francisco I. Madero con ideas ajenas y se perdió todo lo anterior.
Con su asesinato ocurrido el 22 de febrero de 1913, se inició formalmente la Revolución Mexicana.
El “Varón de Cuatro Cienegas” convocó a un congreso Constituyente el 1 de octubre de 1916. El documento que envió a Querétaro, era excesivamente conservador y gracias a los diputados liberales, encabezados por el general Francisco J. Múgica, el texto final, trajo artículos como el 27, el 123 y otros, que expresaron el nuevo pensamiento mexicano del siglo XX.
Con Obregón y Calles empezaron las reformas, hasta que Lázaro Cárdenas al crear el reparto que dio origen al EJIDO provocó la destrucción del campo, obligando con el tiempo a millones de hombres a buscar trabajo en Estados Unidos, porque al campesinado solo se le enseñó aquí a votar.
Vendrían más tarde los años de progreso sin paralelo (de 1940 a 1970), pero nuevamente a partir de Luis Echeverría, todo se vendría abajo y desde entonces hasta Felipe Calderón, no se ha hecho nada, por educar a la juventud, que no encuentra oportunidades en el dilatado territorio nacional y forman ahora la “generación de los NI-NIS” –ni trabajan ni estudian-.
La corrupción en México alcanza proporciones escandalosas. El número de millonarios crece y el de los pobres, rebasa ya el 60 por ciento de una población inerme que ha perdido la paz y la tranquilidad y teme salir a las calles por temor al fuego cruzado que a diario, ensangrentan pueblos y ciudades.
De cada 10 árboles que se talan en el mundo, cuatro caen en México.
El gobierno hace predicciones de crecimiento que los analistas critican severamente.
La falta de recursos, aumenta la incidencia del cáncer de mama y los enfermos del VIH Sida, tampoco encuentran solución al terrible padecimiento.
Del asesinato del exgobernador de Colima, Silverio Cavazos, se empieza a decir que tiene su origen en el crimen organizado.
Por esto y por los 30 mil muertos más, es que el clamor aumenta: “NO MÁS CONDOLENCIAS, la EXIGENCIA ES LA CREACIÓN DE PROGRAMAS SERIOS, QUE TERMINEN CON LOS BAÑOS DIARIOS DE SANGRE.
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