El Oficialismo no pudo en Brasil

Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social/Periodista Colombia

La estratégica posición y popularidad del Presidente Luiz Inacio Lula da Silva, no fue suficiente para que su candidata al cargo más importante de esa nación, Dilma Rousseff, alcanzara el tope suficiente para que el oficialismo brasileño ganara el domingo las elecciones; por ende será necesaria una segunda vuelta el 31 de octubre para definir el nuevo director del gran emporio latinoamericano.

Rousseff es la aspirante por el oficialista Partido de los Trabajadores (PT); ella tendrá que enfrentarse a una segunda vuelta con el opositor José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Al cierre del conteo electoral, el Tribunal Superior Electoral (TSE), indicó que Dilma alcanzó el 46,5% de los votos; su contendedor Serra el 32,7%; y en tercer lugar se ubicó Marina Silva, candidata del Partido Verde (PV), con el 19,5% de los sufragios.

Sopena de que hubo tanta influencia del actual Mandatario en la campaña electoral; las críticas hacia Dilma de verse como una mujer acartonada, seria y sin carisma, hicieron efecto en una candidatura que parecía tenderle el tapete rojo hacia el Palácio da Alvorada.

“Los cariocas no estaban tan convencidos que el reemplazo de Lula fuera la candidata Rousseff, y prefirieron alargar el evento más importante: La elección de quien asumirá la presidencia de esta nación el próximo 1 de enero. Si recordamos, José Serra lideró los sondeos hasta que apareció la heredera de Lula; para Serra su amplia experiencia y la gobernación de Sao Pablo, han sido acciones significativas para ganar electorado”, indicó Carlos Augusto Ramírez, politólogo.

Cabe anotar que José Serra, es visto como el candidato con mayor preparación para asumir el rol de Jefe de Estado. Su tendencia opositora lo ha convertido en crítico de lo que él denomina “Gastos innecesarios del actual gobierno y falta de inversión pública”.

Por su parte Dilma es una ex guerrillera, que combatió durante la dictadura militar desde 1964 a 1985. Actualmente es economista y tiene 62 años. Y aunque apoya las políticas petroleras de Lula; confía en apuntarle a la inversión extranjera como eje de desarrollo nacional.

<strong>El desarrollo de una jornada normal</strong>

Desde temprano, los brasileños asistieron a las urnas y utilizaron un sistema electoral digital que ayuda a hacer rápida la votación y el conteo. Tres horas más tarde del cierre, lo que se vislumbraba como el triunfo del oficialismo, se tradujo en la designación de una segunda vuelta electoral.

Lula, el padrino político de Dilma; tiene asegurada la continuidad de su pupila; como antecedente entregará un Brasil convertido en la octava economía del mundo y el haber sacado de la pobreza a más de 20 millones de ciudadanos a través de políticas izquierdistas que tienen como eje la apertura de los mercados y la inversión de capital privado y extranjero.

En sus elocuciones, Luiz Inacio ha declarado que su posible sucesora, es la única que “tiene todas las condiciones” para ser la primera presidente mujer en la historia brasilera.

Por ahora, el oficialismo no debe bajar las banderas políticas si quiere asegurarse el puesto en el Palácio do Planalto; pues si bien Dilma obtuvo un 46%; la figura de la candidata por el Partido Verde, Marina Silva, que recibió el 19,5%; tomará alta importancia; pues una alianza con Serra; llevaría a que él triunfara en los próximos comicios de la nación carioca.