por Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista Colombia
Atónito quedó el pueblo colombiano y el venezolano al ver las muestras de paz del provocador presidente venezolano, Hugo Rafael Chávez Frías. Quizás la justificación de su cambio de actitud radique en la demanda contra el Estado venezolano y la denuncia contra él, ante la CPI y la CIDH, pues estas acciones cuentan con una serie de evidencias que van desde asesinatos, secuestros y ataques a civiles, hasta guerrilleros que se refugian en territorio del vecino país.
En un completo dossier de 116 páginas se fundamenta la denuncia penal contra Chávez y la demanda hacia Venezuela, documento que se convierte desde este mes en un cuento de hadas elaborado por el ex presidente Álvaro Uribe Vélez; pero que en su inicio fue un texto serio escrito por el abogado Jaime Granados en representación de víctimas colombianas que han sufrido las inclemencias de las FARC y el ELN, quienes se refugian en Venezuela.
El texto deja claro que las conductas violadas al permitir el albergue de guerrilleros en Venezuela, serían contempladas en los artículos 4 (Derecho a la Vida), 5 (Integridad Personal) y 8 (Garantías Judiciales), de la Convención Americana de Derechos Humanos.
¿Chávez actúo por temor a las pruebas y los hechos?
Las pruebas están divididas en tres fases: Primero, describen los hechos que violan derechos internacionales; segundo, se evidencia el conocimiento de las autoridades de Chávez de presencia guerrillera en su país. Y por último, se prueba la relación de tropas militares de la vecina nación con el ELN y las FARC.
Igualmente, existen 60 denuncias de hechos ocurridos entre el 3 de enero y el 3 de julio de 2010 de secuestros, homicidios, hurtos, activación de artefactos explosivos, ataques a patrullas de la Policía y el Ejército de Colombia y acondicionamiento de campos minados. Actividades sucedidas en ciudades limítrofes con Venezuela, tales como: Saravena, Arauquita, Maicao, Albania y Tibú.
Paralelamente, se presentan cruces comunicacionales entre fuerzas militares venezolanas y grupos guerrilleros, entre los que están: Llamadas telefónicas, correos electrónicos, conversaciones radiales, mensajes cifrados, cartas y llamadas entre comandantes de la guerrilla como alias “Raúl Reyes”, Rodrigo Granda, Iván Márquez, Timochenko, entre otros; y funcionarios del Gobierno Chavista como Ramón Rodríguez Chacín, Alí Rodríguez Araque y el General Clíver Antonio Alcalá; incluyendo alcaldes y funcionarios de segundo y tercer nivel.
En el dossier también se muestran evidencias de reuniones, identificación de coordenadas y todo tipo de actividades administrativas, logísticas y entrenamientos de los guerrilleros en territorio del vecino país.
“Es injusto que con un simple apretón de manos, toda esta serie de acciones se queden en el olvido. Nosotros hemos visto como desmovilizados testifican contra Chávez, alegando que él se encarga de dar órdenes especiales para crear lugares de descanso en la frontera, en las que puedan habitar miembros de las FARC”, explica José Andrés Rodríguez, politólogo e investigador judicial.
En el documento, también se identifican siete campamentos de la guerrilla en Venezuela denominados: El Cenizo, ubicado a orillas del Río Limón, con capacidad para 99 delincuentes;Barro, con capacidad para 60 inhumanos y sitio de paso para la compañía Efraín Guzmán; Estrella, visitado por alias “Iván Márquez” y con cultivos de pancoger; Malanga, allí permanece “Iván Márquez”, máximo jefe de este grupo delincuencial, quien también tiene una casa refugio; Camarote, con capacidad para 70 ladrones; Carrera, allí se esconden 80 cabezas de ganado y aterrizan helicópteros del Ejército de Venezuela; y finalmente, Bertha, ubicado a 20 minutos de Zorataima, con capacidad para 40 asesinos.
Las denuncias incluyen 25 asesinatos de civiles, 13 plagios, 5 muertes por minas antipersonales, 6 heridos por minas, 23 ataques a bienes civiles y 10 artefactos detonados contra el Ejército y la Policía de Colombia.
Ahora sabemos por qué Chávez visitó a Colombia, cuál era su afán de hacer las pases con su homólogo Juan Manuel Santos Calderón y para qué quería restablecer las relaciones binacionales. Como lo decía Uribe, viene a Colombia a dar palmaditas de hipocresía mientras en su casa esconde los terroristas más grandes de la historia colombiana.
Follow Us!