por Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista Colombia
La primera gira no oficial por Europa de Juan Manuel Santos Calderón, presidente electo de los colombianos, es calificada como positiva por los analistas políticos, quienes ven significativo afianzar las relaciones internacionales con el continente, como muestra del liderazgo, la confianza inversionista y el respeto que ha cultivado Álvaro Uribe Vélez y sobre todo por el TLC que fue ratificado con esta zona del mundo.
Sin embargo, es coherente enviarle un mensaje al Mandatario de no tomar los viajes diplomáticos de costumbre, tal y como lo hizo Andrés Pastrana Arango durante su gobierno; en el que fueron más los viajes innecesarios que las obras útiles que hizo por Colombia. “Estas acciones son muy uribistas, antes de sentarse a trabajar quiere ganarse el respaldo mundial y hacer un buen acercamiento con países”, expresa John Villegas, abogado.
Colombia siempre saca buenas notas en relaciones internacionales
A través de la jefatura de Uribe, Colombia tuvo un posicionamiento especial en los escenarios internacionales, el mismo que hoy Santos quiere perpetuar y mejorar, como una muestra de que las dificultades diplomáticas con los vecinos regionales son producto del capricho de sus presidentes, más que de la voluntad propia del Gobierno Nacional. Sopena de las provocaciones, Uribe fue un maestro de la discreción e instauró una cultura civilizadora frente a los insultos de los homólogos sudamericanos.
Por ahora es valido calificar de sobresaliente este recorrido diplomático de Santos, ya que amplía la agenda entre países, sin dejar a un lado los Estados Unidos, Asia, y América, territorios con grandes avances en aspectos económicos y en desarrollo de tratados de libre comercio.
Santos tuvo el privilegio de visitar estas naciones europeas con la bandera de la seguridad democrática que vive en el territorio nacional; Colombia pasó de ser el primer productor de cocaína, el país más violento de la región e inseguro por los secuestros; a una Patria con Fuerzas Militares, con confianza inversionista y cohesión social. Santos recibe un legado incalculable de manos de Uribe, y su tarea será perpetuarla en el tiempo y con la colaboración de países desarrollados para la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Otra buena acción de Santos, fue nombrar como Canciller a María Ángela Holguín, profesional idónea que ha trabajado como embajadora en Venezuela y representante de Colombia ante la ONU; su experiencia le permitirá afianzar el rol del país en la región y que los reconocimientos recibidos al gobierno saliente se transformen en inversión, intercambio económico y cooperación.
Lo cierto es que Santos se mostró un experto en materia de relaciones internacionales, su mayor logro es haberse reunido con Ángela Merkel, quien se mostró dispuesta a colaborarle a Colombia en su ingreso a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), las grandes ligas del comercio con Europa y el trampolín para llegar a Asia.
En cuanto al aspecto personal, se reencontró con su buen amigo Tony Blair, dejó una imagen positiva ante el ministro inglés, David Cameron; en España y Francia, después de las cooperaciones entre países, el tema se enfocó a lo económico. Además, el haberle enviado invitación a los presidentes Rafael Correa de Ecuador y Hugo Chávez de Venezuela, resulta una hoja de olivo, que se traducirá en armonía regional por los próximos cuatro años de gobierno.
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