por Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista Colombia
“El presidente electo nos puede dar grandes sorpresas de su desapego del Uribismo y del propio Uribe, pero es entendible cuando se es político, ya que se maneja las conveniencias y Santos siempre reconoció que Uribe tenía gran popularidad, llegó tarde a las banderas de esta colectividad y se quedó con el legado, pero ahora empieza a modificar proyectos que implementó el Presidente durante sus 8 años de gobierno”, así percibe el analista político, Franco Lozano, los cambios realizados por Santos en sus primeros días de Jefe de Estado Electo.
Y es que es evidente las novedades que comenzó a ejecutar Juan Manuel Santos, días después de su triunfo en las urnas. Inició declarando que su estilo de gobierno no sería microgerencial como el de Uribe, es decir, que delegaría tareas a todo su equipo. Además, el llamado a la unidad nacional que hizo durante la segunda etapa de su campaña, permitió que a su gobierno llegarán partidos opositores a Uribe.
“Santos le dará un revolcón a todo, él es más pragmático, quiere tener un desarrollo exhaustivo en las relaciones internacionales y curar las heridas entre el gobierno y la justicia”, expresó Fernando Giraldo, politólogo.
Por ahora hay ciertas diferencias que están preestablecidas una vez llegue al Palacio de Nariño:
En primera instancia se encuentra el resurgimiento de ministerios que habían sido integrados, tal es el caso del ministerio de Trabajo, Vivienda y el de Justicia; el primero se enlazó con el de Salud y se formó el Ministerio de la Protección Social; el segundo con el Desarrollo y surgió el del Medio Ambiente; el tercero con el de Gobierno y se resumió en el ministerio del Interior y de Justicia.
En su época Uribe lo justificó como parte de las estrategias para reducir gastos de gobierno y su proyecto fue aplaudido por muchos sectores, quienes veían innecesarias tantos ministerios. Sin embargo, Santos ha considerado que es ineludible separar todos estos ministerios, porque su concepción de Estado no radica en reducción de gastos por menor número de integrantes de gobierno, sino por la eficiencia y los resultados.
Sumado a lo anterior, después de 12 años de oposición, el Partido Liberal, fuerte critico de las políticas de Uribe, se convierten en aliado de Santos a partir de una serie de reuniones, en las que se plantearon el apoyo y las alianzas entre el gobierno entrante y el partido tradicional.
A diferencia de Uribe, el gabinete presidencial se Santos estará conformado por figuras académicas y reconocidos personajes del concierto nacional, teniendo como base que una vez que cumplan su ciclo o no evidencien buenos resultados serán reemplazados por personal idóneo para ocupar el cargo. En el caso del ministerio de Relaciones Exteriores, Santos nombró a María Ángela Holguín, quien fue embajadora en Venezuela, hecho que recibió aplausos por el carácter diplomático de la diligente y la muestra de acercamiento con Venezuela.
En relación con la Justicia, el presidente electo se reunió con las altas cortes, como muestra de la voluntad de restablecer el diálogo entre el Ejecutivo y el poder Judicial, alterado por la disconformidad del Gobierno de Uribe, con algunas de las decisiones de la CorteSuprema y las chuzadas a miembros de la rama.
Finalmente, el electorado debe comprender que aunque Santos es el heredero de Uribe, debe tener autonomía gubernamental para poner en marcha su plan de gobierno y una de las mejores formas es teniendo el apoyo del pueblo y de la oposición, con lo que asegura una administración victoriosa.
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