por Jorge Uribe Piedrahíta
Comunicador Social/Periodista Colombia
Este Cordobés, nacido el 19 de abril de 1960, siendo muy joven fue militante del M-19, grupo guerrillero que surgió después de que en los comicios presidenciales de 1970, la Alianza Nacional Popular (ANAPO), acusó al Frente Nacional de fraude electoral para elegir a su candidato Misael Pastrana Borrero y de no permitir la participación de otros sectores de la democracia diferentes a los partidos Liberal y Conversador.
Petro, economista de la Universidad Externado de Colombia, fue condenado por un tribunal militar por su relación con el M-19, y permaneció recluso durante dos años; luego de su liberación, se reintegró a las filas de este grupo insurgente y junto a Carlos Pizarro Leongomez, propuso el proceso de paz entre el grupo guerrillero y el gobierno de Belisario Betancourt, convirtiéndose en el primer proceso de paz exitoso en América Latina y un ejemplo para los realizados en Honduras y Guatemala.
Tras el desarme, Petro fundó el partido político Alianza Democrática M-19, que hizo parte de la constituyente de 1991. Además, a través de este movimiento, llega al Congreso Nacional, desde donde apoya a Antanas Mockus en sus aspiraciones a la Alcaldía de Bogotá. En 2002, recibe el premio al mejor congresista de parte de sus colegas, por las denuncias sobre corrupción y sus debates de control político, que llevo a desmantelar la parapolítica.
Finalmente para las elecciones de 2002, se fusionan el Polo Democrático Independiente con la Alternativa Democrática para conformar el Polo Democrático Alternativo (PDA), movimiento que agrupó a los diferentes sectores de la izquierda del país.
El ex congresista fue uno de los primeros en empezar a ser campaña para convertirse en el inquilino de la Casa de Nariño, antes de Santos o Mockus. “Su propuesta se fundamenta en un “Acuerdo sobre lo fundamental”, que solicita un cambio estructural, político y social para Colombia, que le permita salir de la guerra, invitando a que todos construyan un barrera de ataque para acabar con lo que genera la violencia en los territorios”, explica Juan Andrés Márquez, politólogo.
Sin embargo, sus visibles lazos con Hugo Chávez, le ha creado antipatía por parte de los electores, quienes no quieren un Presidente amigo del socialismo del mandatario venezolano, sino un hombre transformador. A Petro le reconocen su inteligencia para responder a los cuestionamientos, pero mantiene 3 ó 6% en los resultados de las encuestas presidenciales.
Según Juan Diego Ramírez, analista de asuntos políticos, el Polo Democrático va en decadencia, pues los electores no quieren posturas radicales, tales como el izquierdismo o el derechismo; sino un Presidente sin vicios, maquinarias y clientelismo. Por eso se hace tan atractivo el dúo Mockus y Fajardo, quienes no muestran tendencias de ningún tipo, al punto de asegurarse que los votos del Polo irán a dar al Partido Verde.
El talón de Aquiles del Candidato, es su afanosa oposición al gobierno de Uribe, quien ha cerrado los espacios para que prosperen proyectos de izquierda. Asimismo, el Polo ha perdido imagen por sus conflictos internos y porque después de apoyar a Samuel Moreno a que lograra la Alcaldía de Bogotá, hoy se muestra como uno de sus principales opositores. Finalmente, para la opinión pública hablar de Petro es sinónimo de la FARC, por su participación en el M-19.
Sumado a lo anterior, la Procuraduría inició investigaciones a tres congresistas del Polo: Jorge Robledo, Gloria Ramírez y Wilson Borja, por Farcpolítica. También el Polo pasó de tener 8 curules en el Senado a tener sólo 5.
Su reto es dejar a un lado el discurso socialista de Chávez, que se torna aburridor para la opinión pública. La renovación de los planes de gobierno, que le apunten a la igualdad social, se requiere urgente. Además, Petro y su partido de militancia, deben mostrar una postura notable ante los grupos armados ilegales en Colombia y al Presidente de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías.
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