Un año de lecciones democráticas para Colombia

por Jorge Uribe Piedrahíta

Comunicador Social/Periodista Colombia

Al entrar en vigencia la Ley de Garantías, los nacionales iniciamos la recta final de las elecciones presidenciales y de congreso; y los políticos empiezan, “oficialmente”, las campañas con el objetivo de ganar adeptos y obtener la lujosa curul en el senado, la cámara de representantes, o el cargo más importante de la nación: la Presidencia de la República.

Los analistas han hecho exposiciones sobre cada candidato, pero se olvidan de la trascendencia que tiene para la economía nacional cuando los empresarios e inversionistas entran en un cese transaccional y de ejecución de proyectos, mientras el panorama político se estabiliza y los partidos o movimientos toman posiciones en los resultados finales tras el proceso electoral.

La economía colombiana asume cada dos años comicios de figuras legislativas y ejecutivas, añadiéndole a esta ocasión la posibilidad de una segunda reelección del presidente Álvaro Uribe Vélez, si se consolida el referendo que satisface esta iniciativa: otra incidencia para la industria, cuando los empresarios tienen posiciones divididas ante un tercer mandato de Uribe; y la comunidad internacional, de donde nace la inversión extranjera, se muestra escéptica frente a una situación que es comparada con la venezolana, ecuatoriana y boliviana, donde los mandatarios han hecho uso de sus facultades para transformar la carta magna y prolongar sus gobiernos.

“La mayoría de colombianos coinciden en afirmar que Uribe ha sido el mejor presidente para la nación durante las últimas décadas, sin embargo no es sano para la democracia y las instituciones cambiar la constitución, sopena de que el referendo haya nacido del mismo pueblo y seguramente si Uribe es candidato será de nuevo presidente,” asegura Julián David Arango, estudiante de Ciencias Políticas.

Está claro que Álvaro Uribe es uno de los mejores 11 líderes del mundo; que su seguridad democrática ha alcanzado logros inimaginables y que las ganancias obtenidas son sobresalientes, pero ¿Cuán beneficioso y saludable sería un tercer mandato del Presidente, cuando los mismo empresarios e inversionistas imponen estudios para determinar las ventajas y desventajas de este suceso?

Otro asunto es el panorama electoral frente a la crisis económica que invadió el mundo y que anda en proceso de recuperación, pues es una época de enemistades, donde ninguno de los aspirantes tiene coincidencias con sus contrincantes y las tensiones políticas se tornan desastrosas y altamente peligrosas, aunque el TLC pasé a un proceso de descongelamiento ante el discurso emitido por el presidente Barack Obama y la petición de reducir el monto de financiamiento para el Plan Colombia, proyecto que se dirige, exclusivamente, a la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

Será el año de las transformaciones políticas, de la renovación presidencial, económica, social y el afianzamiento de las relaciones multilaterales con el mundo. Una posible reelección que puede entorpecer la inversión y grandes proyectos que se consolidan; un TLC que dábamos por anulado, pero que se revive por el llamamiento de Obama en el congreso, aunque para algunos no es hora de centrar los ojos en éste, pues el presidente estadounidense ha sido enfático en sus discursos sobre la agenda local y la importancia que ostenta sobre los demás temas de interés global. Las elecciones de 2010 dejarán grandes lecciones para el futuro democrático del país.