por Rodrigo Llop
Economista
Hace algunos meses, un partido político en México hizo una encuesta: Llame y díganos que opina sobre la pena de muerte a secuestradores. Hoy se encuentra en discusión en el congreso esta iniciativa. No es difícil pronosticar que es lo que sucederá con esta discusión si uno conoce bien la personalidad de México como país: no se aprobará bajo ninguna circunstancia. Al igual que no se aprobaría una iniciativa en la que México tome un papel más agresivo militarmente en conflictos internacionales. Entonces ¿porqué se está perdiendo el tiempo en discutir este tema? La razón es el establecer una realidad mediante hipótesis basadas en lo absurdo. En realidad México no quiere (o necesita) la pena de muerte para los secuestradores, si no que se controle y erradique el secuestro. El congreso a fin de cuentas se pondrá de acuerdo que el fin es el que todos buscamos pero el medio no lo resolverá por lo que se empujarán iniciativas más agresivas para sustentar ese fin.
El caso de la legalización de las drogas es similar. Lo que se busca es minimizar el poder de los cárteles, su violencia y todo lo que trae detrás como corrupción etc. Tal vez el camino no sea la legalización sin embargo el fin establecido es el importante. Lo que hace falta es mayor voluntad para llegar a él.
Si esa es la posición que estamos tomando para llegar a establecer las leyes que necesitamos entonces debemos seguir con absurdos como el de la pena de muerte a otros delitos que en este momento estamos minimizando como el “simple” robo (preferimos porque incluso es preferible que nos roben a que nos secuestren). Si para promover una pena satisfactoria para la sociedad a los políticos corruptos es necesario juzgarlos igual que un secuestrador, entonces llevemos esa discusión al congreso también; si para limpiar las calles de secuestradores primero debemos pasar por una discusión sobre pena de muerte, entonces sumemos a esa iniciativa todas las problemáticas de la sociedad: corrupción, pederastia, tráfico de drogas, daños ecológicos y contaminación e incluso “un simple robo”. ¿No son todos cargas y problemas para nuestro avance como país? Abramos bien la discusión: la silla para todos.
Follow Us!