por Adriana Ramos
Parte II
Unas llamadas después, y con boletos de avión listos para partir a DC. quedaba la tarea por encontrar Hotel. Intentar reservar un Hotel, tomo más que unas cuantas llamadas, parecía misión imposible. “No hay lugares disponibles”, decían, “tenemos apartadas habitaciones desde el mes de noviembre, pasadas las elecciones”, “lo siento, pero tenemos casi el 60% del Hotel pagado por la Compañía X, ó la radiodifusora, ó simplemente diversas empresas, etc”, “esos Lobistas siguen nerviosos”, pensaba en mi.
Al no poder tener un respuesta concreta más que ir repartiendo números de tarjetas de crédito por varios Hoteles, “en caso de que existiese alguna cancelación la única forma de asegurar su habitación es dejar su Tarjetas de Crédito y se cobra inmediatamente”, eran las constantes instrucciones que recibía, además, “no cobramos nuestra cuota normal, como usted comprenderá por las circunstancias, claro, el precio ha subido un 60% del precio normal” decían como si fuese claro, no esperarar, de parte mia ningún motivo queja alguna. En fin, en estos casos, se tiene que hacer lo que se éste al alcance.
Finalmente, una amiga de infancia MS me ofrecía un espacio en su bella casa en Maryland, aunque por logísticas de transporte sería algo complicado, ya se me había mencionado que cerrarían todos los accesos de DC y la única forma de llegar, sería utilizando el transporte público, el metro y algunos autobuses. Eran dos enormes oportunidades, visitar a mi amiga de infancia y tener un lugar seguro para mi hijo.
Mi nerviosismo crecía por el hecho de no tener acceso a DC, porque según las instrucciones tenía que recoger mi boleto de entrada el Lunes, sin embargo, el martes día de la Ceremonía de Inauguración, tendría que llegar a las 8:00 am a enfrentar las largas filas y pasar los puntos de seguridad, y desde Maryland, a casi 20 minutos de trayecto en coche a la estación más cercana, 10 paradas del metro y dos transferencias de líneas, me sería imposible llegar a dicha hora. Pero nada más que hablar, listo el Traje de Etiqueta de mi hijo para atender las Galas y la oportunidad de volver a convivir, aunque fuese un par de días con mi amiga de infancia.
Sábado partimos del aeropuerto de Miami International a Washington Reagan. El vuelo, lleno y sobrevendido, pasajeros desesperados por llegar a DC. Aterrizamos pasadas las 9pm, la temperatura había descendido drásticamente, y aunque estábamos preparados, el frio se calaba entre los abrigos rápidamente. Recuerdos de infancia nos trasnocharon esa noche en el encuentro.
El domingo, tratar de movilizarnos a recoger los boletos de las Galas. Intentamos llegar a DC, ya empezaba a ser una tarea difícil, las calles comenzaban a cerrarlas para los transportes de automóviles y en varias zonas permitían solamente el paso peatonal, con suerte encontramos la oportunidad de llegar lo más cerca de Union Station y dejar el automóvil estacionado.
Al recoger los boletos de las Galas, recibí un correo electrónico que, la Cámara de Senadores estaría abierta el lunes para recoger los boletos a la Ceremonia de Inauguración hasta las 5pm, por lo que las prisas para llegar a la zona del Capitolio se disminuyeron un poco más. ¿Tendremos tiempo para llegar a la Ceremonia en el Monumento a Lincoln? ¡Va!, total a caminar más rápido. Nos vemos en la noche en tu casa, le decía a mi amiga, sin titubeos.
Mi hijo no aguantaba el paso, “No corras”, no corro respondía, no me cabe la menor duda que cuando se crece en una gran metrópoli, y en mi caso no es como cualquiera, la Ciudad de México, uno se acostumbra actuar de distinta forma en otra gran Ciudad. Llegamos, la multitud de personas ya se conglomeraba, en menos de 20 minutos éramos cientos de personas, en una hora miles, imposible, no se puede movilizar, se colocaron varias pantallas gigantes para que se pudiesen observar las actividades.
El monumento a Abraham Lincoln tomaba otro matiz, su blancura parecía brillar desde Union Station, y postrado en esa silla, su imagen parecía asentar la culminación de lucha por la Libertad entre los hombres por abolir la esclavitud y llegar a la igualdad. El día de hoy tendría a sus pies, a sus pupilos, la nación estadounidense exaltando la bandera de libertad, de igualdad, Barack Obama…
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