¿UN ENFERMO NOS GOBERNÓ?

por Ariel Ramos

Periodista

Durante seis años Vicente Fox Quesada fue presidente constitucional de México; divorciado de Vivian de la Concha, mantuvo en secreto las razones de su separación, pero en Guanajuato, entidad de la que fue gobernador, se conocía que era alcohólico e impotente para crear descendencia.

Martha Sahún, entonces esposa del veterinario Manuel Bribiesca, perdió las elecciones como candidata de Acción Nacional a la presidencia municipal de Celaya y se integró como vocera del nuevo mandatario estatal.

Con esa responsabilidad acompañó al dicharachero abanderado del PAN, en las elecciones del 2000.

Presionado por instancias internacionales, Ernesto Zedillo Ponce León declaró ganador de esas elecciones al hombre que dijo “sacaría de Los Pinos a la vívoras, y tepocatas”, la misma noche del domingo 2 de julio.

Nadie en el país, se opuso a la calificación que el economista del IPN, hizo de los comicios, y se produjo el milagro de que por fin un panista, fuera declarado presidente electo de México.

Y el país se entusiasmó, porque el presidente ajeno al revolucionario institucional prometía un “cambio”.

Un año más tarde, para conmemorar su ascensión al poder, Vicente y Martha anunciaron su inminente boda, con un romántico beso frente a la Plaza de San Pedro.

Católicos practicantes, iniciaron formalmente las gestiones para casarse por la Iglesia.

Su petición no fue aprobada por la Santa Sede y sin perder la esperanza, esperaron hasta que otro católico a ultranza, pudiera convencer al nuevo Papa.

Luis Felipe de Jesús Bravo Mena, fue sucesor de Felipe Calderón en la presidencia de Acción Nacional, al término de su segundo período ingresó al Convento de Santo Domingo de Silas -ubicado en Palencia, ciudad de Castilla La Mancha, España-, y con voto de silencio estuvo allí 9 meses.

Más tarde llegó a Roma como Embajador de México ante El Vaticano.

Examinado por el Tribunal Vaticano Santa Rotae -Rota- a don Vicente se le encontró que padecía “trastornos de la personalidad con expresiones de narcisismo e histrionismo” -desde que nació-.

Se sometió a una delicada atención sicológica y curado (¿?) ha sido autorizado por el Papa Benedicto XVI para que pueda contraer nupcias con doña Martha.

Esta enfermedad confirma, lo que no necesitaba confirmación: en los seis años de su presidencia, frecuentemente se le mencionó como adicto al “prozac” y su ambivalente personalidad, fue su característica principal.

“Lástima Margarito” ¡te enteras tarde, muy tarde, no..!

CONFETTI

Por razones que algún día explicaremos, a partir de este sexenio (2006-12) se eximió al presidente de la obligación de rendir formalmente el informe de labores.

José Ángel Conchello (+) lúcido político, que protagonizó memorables jornadas, bautizó esa ceremonia, como “El Día del Presidente”.

Desde que México fue independiente, los presidentes constitucionales o interinos acudieron siempre a la sesión conjunta de diputados y senadores.

Y ahora lejos de las incomodidades y temores que para Felipe Calderón Hinojosa representa esa comparecencia, cada vez que habla -y lo hace varias veces al día-, nos receta largas y aburridas peroratas.

Don Ángel Verdugo, en su colaboración que se publicó en Excelsior el jueves 4, titulada “Señor presidente por qué no aprovechó la oportunidad” señala: en la parte final de su respetado espacio: “¿por qué repetir el alud de cifras que hemos oído una y otra vez. Para qué? ¿Por qué no aprovechar para pedir a los integrantes del gabinete -a excepción de los dos recién nombrados su renuncia?.

¿Por qué no hacer un reajuste que relanzara su administración frente a las nuevas condiciones? ¿Por qué no enviar un mensaje de fortaleza ante los malos tiempos que se ven venir?.

¿Más que nunca debe mostrar que está al mando, tiene el control y sabe a donde nos lleva. No bastan cifras manipuladas y triunfalismo ante millones de incrédulos; estos, quieren del presidente una conducta que les devuelva la confianza que depositaron en quién se comprometió hacer de México, un país con futuro”.

“Es imposible ocultar que algo grave le pasa a Calderón; la economía y el país van sin rumbo y él, en vez de despedir a los responsables prefiere felicitarlos. Es verdad, algo le pasa al presidente”.

¡De mi parte, no hay ningún comentario ante la contundencia de las afirmaciones del experimentado columnista..!.