Por Adriana Ramos
Muchos especialistas se preguntaban con temor como sería el último informe del a Presidente George Bush. Exaltaban sobre todo, la preocupación de la inminente crisis financiera que se avecina en los Estados Unidos, aún cuando los analistas económicos siguen observando un crecimiento en la economía, existe una preocupación de la población en general, y dicha preocupación a llegado hasta los oídos de los Congresistas y del mismo Presidente.
Se temía que el Presidente propondría reformas drásticas a la economía nacional, hace unos días propuso disminuir las tasas de interés sobre los préstamos hipotecarios con un incentivo inmediato de $150 mil millones de dólares, propuesta que podría dar un respiro a millones de familias que están viviendo los altos intereses en sus propiedades y en distintas carteras de prestamos y que los han obligado a vender sus propiedades o simplemente perderlas por falta de pagos.
La propuesta sin ninguna duda es un alivio, pero un alivio no cura una enfermedad solo le da un poco de tiempo antes de que se aproxime la verdadera recaída. Ya que la ayuda podría llegar hasta Junio o Julio y necesita la aprobación inminente del Congreso. Se necesita más, más que un alivio para activar la economía. Las líneas de crédito en el país son innumerables y estas van desde el consumidor más joven como estudiantes universitarios, hasta créditos del consumidor común y corriente que tiene un sin número de colección de tarjetas en su cartera y que hoy en día con una tasa de interés de aproximadamente unos 30% anuales, se ve obligado a buscar una segunda hipoteca sobre su propiedad.
La economía esta resintiendo los estragos, los estragos del enorme costo de la Guerra de Irak en dónde hemos perdido millones de jóvenes, la falta de activar las pequeñas Empresas que siguen tratando de sobrevivir en el país, de activar nuestra producción del comercio, nuestra capacidad de generar trabajos dentro del país que ayuden a la clase media y baja. Por que aclaro que los privilegiados que cuentan con multinacionales siguen generando finanzas sin embargo al no ser atractivo mantenerlas en el país, buscan nuevos mercados para inversión.
El Seguro Social se vera afectado, y tenemos que buscar la manera de reponerlas e incrementarlas, si no, veremos los resultados en unas décadas, cuando más la necesitaremos.
En el sector de Educación el Presidente propone $300 mdd en ayuda a estudiantes de bajos recursos para estudiar en escuelas privadas, pero ¿qué sucede con aquello niños en escuelas que ni siquiera califican como “A”, esos estudiantes no pueden ser contemplados para calificar con ayuda financiera.
Mencionó que necesitamos un país “Verde”, sin embargo su propuesta es tan ambigua que ni siquiera habla de endosar la supervisión de las industrias que generan gases tóxicos y las estadísticas siguen continuamente a la alza sobre la emisión de estos gases.
El Presidente, en su discurso constantemente aplaudido por nuestros Congresistas, que para ser franca no se si era por la emoción de verle partir, ó simplemente por saber que seria su último informe de Gobierno ó solo por alegría generalizada de mencionar los distintos temas que competen a la nación, pero continuamente aplaudido.
Habló también de la Guerra de Irak, guerra la cual completamente convencido de ser correcta para el país, pronunciaba un inminente triunfo y que acabariamos al enemigo. Me pregunto si necesitaremos sepultar a más jóvenes, o seguir gastando millones de dólares en armamento, millones en investigación para crear nuevos recursos balísticos, a una Guerra que después de casi 8 años no ha avanzado en lo absoluto.
Mencionó la necesidad de un Acuerdo Migratorio. Reforma tan necesaria para el país pero que no se limite en reforzar nuestras fronteras sino encontrar la solución de administrar a la población indocumentada, buscar Señor Presidente una solución real en el que aceptemos que necesitamos a la población migratoria para seguir activando la economía.
Hablo del Sistema Médico, un sistema que no acapara a toda la población, y en la cuales tiene aproximadamente a 10 millones de niños sin un seguro médico digno. Un sistema, Señor Bush, que necesita inmediatos cambios, en el que vemos a las Compañías farmacéuticas enriquecerse cada vez más y no beneficiar al promedio general de la población.
Hablo entre aplausos, hablo de que el país seguirá adelante con una gran vitalidad.
Tal vez Ud. Señor Presidente puede descansar, por que la población generalizada del país tendrá que afrontar la llegada de los siguientes pagos sin un trabajo o simplemente sin un aumento de sueldo, subsistiendo con la alza constante de los productos básicos, de la gasolina y de las medicinas diarias.
Con aplausos lo despido Señor Presidente, sabiendo que la historia lo recordará como el “Presidente más impopular en la historia de nuestra gran Nación”.
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