Por ARIEL RAMOS
¡De la cima a la sima!
Tal es el resumen del nuevo capítulo que al parecer alegremente, escriben diariamente Vicente Fox y Martha Sahún.
Ahora la historia tiene tres nuevos personajes. Son vehículos, uno es un Jeep Rojo encendido, otro un Jaguar Blanco y una camioneta Hummer.
El primero de ellos, fue obtenido por la señora Martha, para regalárselo a don Chente, del empresario Luis Miguel Moreno Vélez a cambio de los jugosos contratos que le dio para hacer trabajos para “Vamos México”, membrete que fundó desde que se convirtió en Primera Dama.
El feliz ranchero dijo que le gustaría ser “pararrayos humano” para detener las críticas que señalan a su pareja como la única deshonesta, presumió ese Jeep rojo encendido en el reportaje que publicó la revista rosa “Quien” y cuyo valor era superior a doscientos cincuenta mil pesos de hace cuatro años.
El vehículo se facturó a nombre de la señora Martha quién dio como domicilio una casa ubicada en la ciudad de Celaya, en donde vivió pobremente al lado de su primer marido y sus tres hijos.
Del Jaguar Blanco: se ignora su precio pero don Chente lo estrenó en enero del 2006 y le gusta manejarlo –a quién no- en sus recorridos por calles y avenidas de las ciudades guanajuatenses.
Por cierto este vehículo está registrado a nombre de un militar perteneciente al Estado Mayor Presidencial –así quién se atreverá a pedir documentos del lujoso automóvil-.
La Hummer es de la dama en cuestión y está en una cochera del rancho San Cristóbal que tiene capacidad para otros 23 vehículos más.
Durante una visita realizada en días pasados a la ciudad de Los Ángeles, el folklórico don “Chente” al ser llamado “ladrón” por un asistente al acto, como respuesta dijo a todos, “si a todos” los asistentes: “no crean en esas mentiras, yo no soy dueño de nada, ni del rancho ni del lago, de nada, ustedes tienen mi verdad, está en mis declaraciones anuales que entregué a la secretaría de Hacienda”.
A su vez, el presidente Felipe Calderón –para no ser menos que su antecesor- aparece retratado rodeado de 12 (sí doce) guardaespaldas cuando camina por un jardín del interior de la Residencia Oficial de Los Pinos. La fotografía la publicó el periódico Reforma el miércoles 3 de este mes de octubre y en ella cada uno de los guardianes aparece con un número.
De que tamaño será la preocupación (o será miedo o serán sus nervios) de don Felipe, para transitar por esos lugares, en donde sus anteriores inquilinos solían caminar con invitados, funcionarios o amigos, acompañados con dos edecanes que los seguían discretamente.
¡Que tal, unos y otro están como para decir: que bonita familia..!
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