TERCERO DE CORRUPCIÓN

Por Ariel Ramos (alias El Abate Jerónimo)

¿Porqué y como murió Venustiano Carranza..?

¿El poder seduce..?

¿Transforma..?

Pero principalmente ¿enriquece..?

El hombre que en México, a partir de 1917, se convierte en presidente, es un imitador de: Luis XIV o de Alejandro II zar de todas las rusias.

Desde mi muy particular punto de vista, aquellos déspotas nacieron para ser reyes, en cambio los nuestros…

También es de justicia que no todos fueron totalmente, pero en cambio otros…(¿?)

Venustiano Carranza lejos, muy lejos de la figura de don Porfirio Díaz, se hizo (¿se habrá hecho?) político a su lado. Sin Díaz, México nunca se hubiera consolidado como país.

Durante sus 34 años en el poder, nuestra nación adquirió respeto internacional y nunca jamás, ninguna otra potencia extranjera osó conquistarnos.

Carranza convoca en la Hacienda de Guadalupe, Coahuila que él gobernaba a un movimiento popular para expulsar del poder a Victoriano Huerta. Y se firma un plan al que se le puso el nombre del lugar.

Por cierto Aldo Baroni, prestó la pluma con la que se signó del documento. Años más tarde fue colaborador de Excelsior, el más importante periódico de la ciudad de México.

Como presidente, Carranza declara a México neutral durante la Primera Guerra Mundial y mucha tinta se ha usado para hablar de un famoso telegrama el “Zimerman”, que nunca existió ni se recibió, en el que se invitaba a México a participar en el conflicto del lado de los imperios centrales y al triunfo de estos, “regresarían al dominio nacional los territorios perdidos en 1847”.

A diferencia de Díaz y sus colaboradores, Carranza y los suyos desde luego metieron las dos manos (¿solo las dos..?) en el erario público. ¿Y si don Venus encabezó un movimiento, para regresáramos a los cauces democráticos, ¿ porqué al término de su mandato, pretendió imponer sucesor..?

“Averígüelo Vargas”, sentencia una frase muy popular

El 5 de mayo de 1920, don Venus presidió los actos conmemorativos del LII aniversario de la Batalla de Puebla. Ya con la opinión nacional en su contra. De regreso a Palacio organizó el que sería su viaje final.

Abandonaría la capital para irse a Veracruz. Pero… ¡pero con él se iría también el Tesoro Nacional..! y los pocos fieles que le seguían. Se hicieron los preparativos, se depositaron en los vagones del tren sus valiosos cargamentos y todos felices y contentos partieron hacia el importante puerto del Golfo.

Sólo que como no había en esa época metereólogos, al llegar a Esperanza, estación a partir de la cual se inicia la subida pera cruzas la Sierra Madre Oriental, el convoy, como en las historias de suspenso, ¡no pudo más..! y hubo que emprender a caballo, la escarpada montaña.

Era el 19 de mayo en la noche. Llovía a ¡cántaros..! diría un poeta y llegando a los caseríos de Tlaxcalantongo, se buscó donde pasar la noche. Los lugareños ofrecieron lo que tenían; humildes jacales, en una esquina se acomodó al todavía presidente.

Poco antes de que se apagaran las linternas, un militar contrario ¡por supuesto..¡ disfrazado de lugareño, preguntó si al señor presidente no se le ofrecía nada más. De esta forma se ubicó claramente, el sitio donde iba a dormir ¡para siempre..! don Venus.

Ya no despertó. Pero aquí es oportuna una pregunta: ¿con él iban muchos seguidores de Obregón..?

¿En donde estuvieron sus jóvenes y guapos ayudantes militares..?; o de plano ¿estos acostumbrados a las comodidades de las residencias capitalinas de las que se apoderaron, al llegar victoriosos a la capital a fines de 1914, se espantaron que ahí no había pavimento, ni salones de baile.

(El 10 de abril de 1919, por instrucciones de Carranza, en la Hacienda de Anenecuilco, Morelos, fue traicionado y asesinado el general Emiliano Zapata).